sábado, 18 de julio de 2009

Un Mito Urbano

Un Mito Urbano



Nacido Renato Manfredini, hijo de un economista del Banco do Brasil y una profesora de inglés, Russo creció en Brasilia, la inhumana ciudad capital diseñada por Niemeyer en donde los hijos de políticos y diplomáticos construyeron una diminuta pero activa escena a fines de los ‘70 y comienzos de los ‘80, de la que salieron grupos como Paralamas y Legiao Urbana.

Niño precoz e introvertido, Renato sufrió al comenzar su adolescencia una terrible enfermedad que le carcomió los huesos de la cadera y lo inmovilizó durante año y medio.

Mitómano y fanático de Pessoa, Manfredini Junior se inventó un heterónimo al que le adjudicó toda una mitología: en su invalidez, Renato imaginó la historia de Eric Russell (en homenaje a Bertrand, pero también a Jean-Jacques Rousseau y el pintor Henri Rousseau) y su 42nd Street Band, adjudicándole una biografía completa, con tapas de discos incluso.

Cuando superó su enfermedad, el joven punk en el que se convertiría fue el encargado de llevar a la realidad aquella fantasía.

La primera banda de Renato fue una hoy mítica banda punk de Brasilia llamada Aborto Eléctrico.

De sus cenizas saltaría a su época dylaniana como El Trovador Solitario, nombre con el que Renato abría, acompañado únicamente de su guitarra acústica, los shows de las otras bandas de la escena local, fascinando al público con canciones que se harían famosas al ser grabadas mucho después por Legiao Urbana.

Con una fama que fue creciendo paso a paso, Legiao llegó al mundo discográfico de la mano de Paralamas, que los recomendó a su sello.

Cuando Paralamas triunfó en “Rock In Rio”, los integrantes de Legiao sólo podían mirar con envidia el éxito de sus amigos por la televisión nacional, pero con el tiempo –a fuerza de hits contestatarios, y de un mito que crecía disco a disco– el grupo de Renato superó a todos sus contemporáneos.

Dentro de la trilogía fundamental del rock brasileño de los ‘80, si a Paralamas le corresponde el lugar de Soda Stereo (así como a los Titas –salvando abismales diferencias– el de Sumo), el único referente posible de Legiao serían los Redonditos de Ricota.

No tanto musicalmente, sino por el cerrado mito creado alrededor de ellos, así como por su irrenunciable independencia estética y el hecho de que se trata de un grupo eminentemente de fronteras adentro, como los Redondos.

La sensibilidad y el condimento generacional se fueron unificando con el correr de los discos de Legiao Urbana:

Renato supo firmar furiosos rocks de cuasi-protesta como “Qué pais é este” así como sensibles hits generacionales como “Pais e filhos”. A través de sus ocho discos de estudio –editados entre 1985 y 1996–, Legiao Urbana demuestra ser un grupo ambicioso y consciente de esas ambiciones, logrando un catálogo que merece ser recorrido de punta a punta, con especial énfasis en Dois (1986) y As Quatro Estacoes (1989), así como el flamante Acústico MTV, que salió de las latas en que estaba archivado desde 1992 y ya superó la cifra de un millón de placas vendidas, demostrando que el mito del grupo –y de su cantante– sigue vivo en su país.

“Brasil es una República Federativa llena de árboles y gente diciendo adiós”, se puede leer en la cita de Oswald de Andrade que prologa el trágico A Tempestade (1996), el álbum de despedida de Russo con Legiao Urbana, antes de morir de sida.

Su memoria, sin embargo, no deja de saludar generosamente a los nuevos fans que se acercan día a día a sus eternas canciones.

Legião Urbana aovivo (94) Rio - Faroeste Caboclo

Legião Urbana - Geraçon coca cola

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